Telecinco, tal y como la conoce actualmente la sociedad, surge a partir del 2000, con la gestión de Paolo Vasile, donde la programación de este canal comenzará a girar al rededor de la telerrealidad y la prensa rosa. He decidido empezar desde aquí, pues es en este punto cuando Telecinco comienza a obtener una mala imagen por parte de toda la sociedad que a pesar de la audiencia y la inmensa popularidad de prácticamente todos sus formatos, se la comienza a situar como una de las más criticadas por la emisión de lo que conocemos como la “telebasura”, además la segunda que más veces vulneró el código de autorregulación.
Aunque no desde sus inicios Telecinco apostó por la emisión de esta telerrealidad y crearía formatos como Gran Hermano, llegando a ser un clásico en la televisión y posicionándolo segunda en cuanto a audiencias anuales, así como Supervivientes. Y es que. ¿quién no conoce alguno de ellos?, es un formato que da la vuelta al mundo y del que Telecinco ya tiene el monopolio, y que se sitúa como sello de identidad, apostando más que por la ficción, a pesar de ser una cadena tan criticada.
Aún así, Telecinco emite una programación generalista y enfocada a todos los públicos, añadiendo cada vez más series identificativas, como La que se avecina o las más exitosas como Los serrano, El príncipe, Médico de Familia o Siete vidas entre otras.
Pero a pesar de toda esta ficción, de la audiencia y la popularidad de sus programas, la emisión de realities y programas del corazón sitúan a este canal como una de las televisiones más criticadas por la emisión de la ya conocida como telebasura. Llegando a infinidad de demandas con unos valores estimados superiores a 2,4 millones de euros en demandas en espacios como Sálvame o Sábado Deluxe.
Por eso, y haciendo referencia a todo lo comentado. ¿Hasta que punto consumimos la telebasura?, ¿es el tipo de tele que merecemos y por qué la cadena que monopoliza todo este contenido es una de las mayores cadenas en cuanto a audiencia y con una tremenda popularidad?.
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